En lo que va del 2014 se produjo una ruptura cada cuatro matrimonios. Los datos pertenecen al Registro Civil de la ciudad. Un psicólogo aseguró que las terapias de pareja son cada vez más habituales

En los dos últimos años (2012 y 2013), en Río Cuarto hubo un divorcio cada tres casamientos. Mientras que en lo que va del 2014 se viene registrando una ruptura por cada cuatro matrimonios, de acuerdo con los datos aportados por las tres delegaciones del Registro Civil.

En 2012 se concretaron 537 enlaces y 196 desvinculaciones, en 2013 hubo 546 uniones y 198 disoluciones, y desde el primero de enero de este año y hasta el pasado 7 de junio se anotaron 265 casamientos y 64 divorcios.

Los datos marcan que hay una tendencia de 3 a 1 que se viene manteniendo, más allá de las variaciones que se suscitaron durante los primeros 5 meses del 2014.

El licenciado en Psicología y miembro de la Fundación Clínica de la Familia, Guillermo Aizcorbe, aseguró a PUNTAL que las causas más comunes que llevan a una pareja a divorciarse son similares a las que orientan las consultas a un psicólogo y tienen que ver con dificultades de comunicación, insatisfacción sexual, infidelidad, violencia física, verbal o psicológica, entre otras.

-¿Se ha perdido el prejuicio a la hora de optar por el divorcio?

-No es improbable que en los últimos años haya habido una modificación en la concepción tradicional de que el matrimonio dura para toda la vida, tan arraigada por razones culturales y religiosas. Si bien no es nunca una decisión sencilla, cuando la pareja o uno de sus miembros reconoce que el matrimonio no puede continuar por causas, individuales o de conjunto, la separación y el posterior divorcio aparecen como una opción válida buscando solucionar una vida conyugal conflictiva o disfuncional. En este sentido, la opinión pública, la sociedad y las instituciones religiosas, aunque a otro ritmo, han ido aceptando en los últimos años al divorcio como una posibilidad.

-¿Cómo evalúa el divorcio y el casamiento?

-Son decisiones que, si bien se toman en polos opuestos de la vida de pareja, son trascendentes y gravemente consecuentes para la vida cotidiana de los involucrados.
Implican la modificación de los hábitos, la adaptación a nuevas circunstancias y una planificación general de todos los aspectos de la vida como consecuencia de esa decisión. Por eso, si existe una consulta al psicólogo como paso previo a la toma de la decisión, se intenta realizar una evaluación exhaustiva de la situación, valorar todos los elementos participantes, una especie de visión general del entramado emocional y familiar del consultante a fin de facilitar el paso siguiente y evitar consecuencias indeseadas.

-¿La gente tiene las mismas dudas a la hora de inclinarse por una u otra determinación?

-Las dudas y las implicancias de la decisión de contraer matrimonio o de divorciarse son muy diferentes. La disposición anímica, la carga emocional en sentido positivo o negativo, la configuración del entorno familiar y unas cuantas otras circunstancias difieren radicalmente, casi por oposición. En todo caso, puede pensarse que comparten la trascendencia, la evaluación de las consecuencias tanto individuales como del grupo familiar y la reorganización de los hábitos de vida en torno a la decisión, pero el sustrato emocional, anímico y de entorno social sobre el cual se toma la decisión es diametralmente opuesto.

-¿Son comunes las terapias de pareja?

-Las terapias de pareja son bastante frecuentes. Los motivos de consulta más comunes tienen que ver con situaciones de “disfunción” en la dinámica de la pareja; existen muy variados modos en que dicha disfunción se presenta. Por ejemplo, dificultades en la comunicación, donde una conversación cualquiera por fútil que sea termina en discusión; diferencias en los hábitos y costumbres heredados de las familias de origen de cada miembro de la pareja que torna dificultosa la convivencia; dificultades en las relaciones sexuales o insatisfacción derivada de ellas. A veces aparecen motivos más imprecisos como “hartazgo”, “cansancio” o una situación general de desgano difícil de exponer en palabras. En otras ocasiones aparece la infidelidad o la violencia como catalizador del motivo de consulta. En general, las parejas que deciden consultar tienen como objetivo reencaminar una relación de pareja que ha llegado a una situación difícil de sobrellevar.


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