Un panel presidencial de la Asociación Psicológica Americana ha publicado una serie de recomendaciones para el uso de redes sociales para adolescentes. Mientras estas plataformas puede promover una socialización saludable, su uso debe ir precedido de capacitación en alfabetización en redes sociales para garantizar que los jóvenes tengan habilidades que maximicen las posibilidades de experiencias equilibradas, seguras y significativas.

La presidente de la APA Thelma Bryant, PhD. refiere que “las redes sociales no son dañinas pero tampoco beneficiosas para la juventud” Dado que los jóvenes maduran de manera diferente, algunos se encuentran más vulnerables que otros en cuanto a su contenido y las funciones de muchas plataformas de redes sociales que, según ha demostrado la ciencia, pueden influir en un desarrollo saludable.

Tal como les pedimos que se entrenen para obtener su licencia de conducir, los jóvenes necesitan obtener instrucción para un uso saludable y seguro de las redes sociales.

En un esfuerzo para proveer una guía para los educadores, padres, creadores de contenidos, profesionales de la salud mental, compañías de tecnología y para los jóvenes mismos, Bryant ha conformado un panel para examinar la literatura científica y poder así realizar recomendaciones que aseguren un desarrollo saludable en el uso de las plataformas sociales para los adolescentes. El resultado de este trabajo, trajo a colación 10 recomendaciones.

El reporte también recomienda competencias psicológicas que los jóvenes deberían poseer antes de utilizar las redes sociales, además de capacitación periódica de refuerzo para minimizar las posibilidades de daño y maximizar los beneficios que pueden brindar las redes sociales.

El consejo de revisión y salud señala que no todos los hallazgos se aplican por igual a todos los jóvenes. “Los hallazgos científicos ofrecen una pieza de información que se puede usar junto con el conocimiento de las fortalezas, debilidades y el contexto de jóvenes específicos para tomar decisiones que se adapten a cada adolescente, familia y comunidad”, Así mismo agregan que. “El uso de las redes sociales según la edad debe basarse en el nivel de madurez de cada adolescente (p. ej., habilidades de autorregulación, desarrollo intelectual, comprensión de los riesgos y entorno familiar)”.

Entre otros puntos, se recomienda las siguientes pautas:

  • Adaptar el uso, la funcionalidad y los permisos de las redes sociales a las capacidades de desarrollo de los jóvenes; los diseños creados para adultos pueden no ser apropiados para niños.
  • Para los niños más pequeños, los adultos deben controlar el uso de las redes sociales, lo que incluye discutir y asesorar sobre el contenido de las redes sociales. Esto debe equilibrarse con las necesidades adecuadas de privacidad de los jóvenes. La autonomía puede aumentar gradualmente a medida que los niños crecen y adquieren más habilidades de alfabetización digital.
  • Minimice la exposición de los adolescentes al contenido de las redes sociales que represente un comportamiento ilegal o psicológicamente inadaptado, incluido el contenido que instruya o aliente a los jóvenes a involucrarse en autolesiones o comportamientos de alto riesgo o aquellos que fomenten el comportamiento de trastornos alimentarios (como comer restrictivamente, purgarse o ejercicio excesivo).
  • Minimizar la exposición de los adolescentes a contenido en línea que promueva la discriminación, los prejuicios, el odio o el ciberacoso, especialmente dirigido a grupos objetivo por motivos de raza, etnia, género, orientación sexual, religión o condición de discapacidad.
  • Supervise a los adolescentes en busca de signos de uso problemático de las redes sociales que puedan afectar su capacidad para participar en las funciones y rutinas diarias y que puedan representar un riesgo de daños psicológicos más graves con el tiempo.
  • Limite el uso de las redes sociales para no interferir con el sueño o la actividad física de los adolescentes, ya que cada uno de ellos es necesario para un desarrollo mental y psicológico saludable.
  • Limite el uso de las redes sociales por parte de los adolescentes principalmente para contenido relacionado con la belleza o la apariencia.

El reporte cuidadosamente menciona, que dada la investigación publicada al momento de su redacción, no es posible determinar si las redes sociales son la causa de un impacto dañino en la juventud. Adicionalmente, han habido relativamente pocos estudios realizados con jóvenes de poblaciones raciales, étnicas, sexuales, de género, socioeconómicas o con discapacidades, y/o jóvenes con condiciones crónicas de desarrollo o de salud.

El informe hace un llamado a una inversión en fondos para la investigación y acceso a mayor información, incluyendo compañías tecnológicas.

Arthur Evans Jr, PhD, CEO de la APA menciona: “esperamos que estas recomendaciones sean de ayuda como también para poder mantener la paz con el constante cambio de ecosistema de las redes sociales”. La APA continuará salvaguardando el desarrollo de nuestras juventudes y promoviendo los aspectos positivos de las redes sociales.

Estas recomendaciones se basan en la ciencia psicológica y la investigación de disciplinas relacionadas al momento de la confección del presente reporte (Abril 2023). De manera colectiva, estos estudios se llevaron a cabo con miles de adolescentes que completaros evaluaciones estandarizadas.

A continuación mencionamos las recomendaciones establecidas por la APA.

Recomendaciones para el uso de redes sociales en adolescentes

1. Se debe alentar a los jóvenes que usan las redes sociales a usar funciones que crean oportunidades para el apoyo social, el compañerismo en línea y la intimidad emocional que pueden promover una socialización saludable

Los datos sugieren que el desarrollo psicológico de los jóvenes puede beneficiarse de este tipo de interacción social en línea, particularmente durante los períodos de aislamiento social, cuando experimentan estrés, cuando buscan conectarse con compañeros con condiciones de desarrollo o de salud similares, y quizás especialmente para los jóvenes que experimentan adversidad. o aislamiento en entornos offline.

Los jóvenes con síntomas ansiedad social, depresión o soledad, por ejemplo, pueden beneficiarse de las interacciones en las redes sociales que permiten un mayor control, práctica y revisión de las interacciones sociales. Desafortunadamente, estas poblaciones también pueden estar en mayor riesgo de algunas de las facetas negativas del uso de las redes sociales, como se analiza a continuación.

Las redes sociales ofrecen una poderosa oportunidad para la socialización de actitudes y comportamientos específicos, alentando a los adolescentes a seguir las opiniones y los actos prosociales de los demás. La discusión sobre comportamientos saludables en línea puede promover o reforzar actividades positivas fuera de línea y resultados saludables.

Las redes sociales pueden ser psicológicamente beneficiosas, particularmente entre aquellos que experimentan crisis de salud mental, o miembros de grupos marginados que han sido dañados de manera desproporcionada en contextos en línea. Por ejemplo, el acceso a pares que les permite a los adolescentes LGBTQIA+ brindar apoyo y compartir información de salud precisa entre sí, es beneficioso para el desarrollo psicológico y puede proteger a los jóvenes de resultados psicológicos negativos cuando experimentan estrés. Esto puede ser especialmente importante para temas que los adolescentes se sienten reacios o no pueden hablar con un padre o cuidador.

2. El uso, la funcionalidad y los permisos/consentimientos de las redes sociales deben adaptarse a las capacidades de desarrollo de los jóvenes; los diseños creados para adultos pueden no ser apropiados para niños.

Las características específicas (p. ej., el botón “me gusta”, contenido recomendado, límites de tiempo sin restricciones, desplazamiento sin fin) y avisos/alertas (p. ej., sobre cambios en las políticas de privacidad) deben adaptarse a las habilidades sociales y cognitivas y la comprensión de los usuarios adolescentes. Por ejemplo, los adolescentes deben ser informados explícita y repetidamente, de manera apropiada para su edad, sobre la forma en que sus comportamientos en las redes sociales pueden generar datos que pueden usarse, almacenarse o compartirse con otros, por ejemplo, con fines comerciales (y otros) propósitos.

3. En la adolescencia temprana (es decir, típicamente entre los 10 y los 14 años), se recomienda el control por parte de adultos (es decir, revisión continua, discusión y asesoramiento sobre el contenido de las redes sociales) para el uso de las redes sociales por parte de la mayoría de los jóvenes; la autonomía puede aumentar gradualmente a medida que los niños crecen y si adquieren habilidades de alfabetización digital. Sin embargo, el monitoreo debe equilibrarse con las necesidades apropiadas de privacidad de los jóvenes.

Las regiones del cerebro asociadas con el deseo de atención, retroalimentación y refuerzo de los compañeros se vuelven cada vez más sensibles a partir de la adolescencia temprana, y las regiones asociadas con el autocontrol maduro no se desarrollan por completo hasta la edad adulta. Por lo tanto, el establecimiento de límites apropiados es fundamental, especialmente en la adolescencia temprana.

También se debe considerar cuidadosamente el uso de las redes sociales por parte de los adultos en presencia de los jóvenes. La ciencia demuestra que la orientación y las actitudes de los adultos (p. ej., los cuidadores) hacia las redes sociales (p. ej., usar durante las interacciones con sus hijos, distraerse de las interacciones en persona por el uso de las redes sociales) pueden afectar el propio uso de las redes sociales por parte de los adolescentes.

La investigación preliminar sugiere que una combinación de 1) límites en el uso de las redes sociales, y 2) discusión y entrenamiento entre adultos y niños sobre el uso de las redes sociales conduce a los mejores resultados para los jóvenes.

4. Para reducir los riesgos de daño psicológico, la exposición de los adolescentes a contenido en las redes sociales que represente un comportamiento ilegal o psicológicamente inadaptado, incluido el contenido que instruya o aliente a los jóvenes a participar en comportamientos de riesgo para la salud, como la autolesión (por ejemplo, cortarse, suicidarse), el daño a otros, o aquellos que fomentan el comportamiento de trastornos alimentarios (por ejemplo, alimentación restrictiva, purgas, ejercicio excesivo) deben minimizarse, informarse y eliminarse; además, la tecnología no debe llevar a los usuarios a este contenido.

La evidencia sugiere que la exposición a un comportamiento desadaptativo puede promover un comportamiento similar entre los jóvenes vulnerables, y el refuerzo social en línea de estos comportamientos puede estar relacionado con un mayor riesgo de síntomas psicológicos graves, incluso después de controlar las influencias fuera de línea.

Se deben crear estructuras de informes para identificar fácilmente el contenido dañino y garantizar que se le quite prioridad o se elimine.

5. Para minimizar el daño psicológico, la exposición de los adolescentes al “odio cibernético” (ciberhate), incluida la discriminación en línea, los prejuicios, el odio o el acoso cibernético (cyberbullying), especialmente dirigido hacia un grupo marginado (por ejemplo, racial, étnico, de género, sexual, religioso, de capacidad), o hacia un individuo por su identidad o alianza con un grupo marginado debe ser minimizada.

La investigación demuestra que la exposición de los adolescentes a la discriminación y el odio en línea predice aumentos en la ansiedad y los síntomas depresivos, incluso después de controlar la cantidad de adolescentes que están expuestos a experiencias similares fuera de línea. De manera similar, la investigación indica que, en comparación con la intimidación fuera de línea, el bullying y la intimidación pueden ser mucho más perjudiciales para el desarrollo psicológico. En otras palabras, tanto el ciberodio en línea como el acoso fuera de línea pueden aumentar el riesgo de problemas de salud mental en los adolescentes. La investigación sugiere riesgos elevados tanto para los perpetradores como para las víctimas del odio cibernético.

Los adolescentes deben recibir capacitación para reconocer el racismo estructural en línea y criticar los mensajes racistas. Las investigaciones muestran que los jóvenes que pueden criticar el racismo experimentan menos angustia psicológica cuando son testigos de eventos traumáticos relacionados con la raza en línea. Como se señaló anteriormente, el monitoreo y la discusión activa del contenido en línea por parte de los adultos también pueden reducir los efectos de la exposición al odio cibernético en los adolescentes.

6. Los adolescentes deben ser evaluados de forma rutinaria para detectar signos de “uso problemático de las redes sociales” que pueden afectar su capacidad para participar en roles y rutinas diarias, y pueden presentar un riesgo de daños psicológicos más graves con el tiempo.

Indicadores de uso problemático de redes sociales pueden incluir:

  • Tendencia a utilizar redes sociales aún cuando los adolescentes quieren dejar de usarlas, o darse cuenta que están interfiriendo en tareas necesarias
  • Utilizar un gran esfuerzo para garantizar el acceso continuo a redes sociales
  • Fuertes ansias de usar las redes sociales, o interrupciones en otras actividades por no usar demasiado las redes sociales.
  • Pasar repetidamente más tiempo en las redes sociales de lo previsto
  • Comportamiento mentiroso o engañoso para conservar el acceso al uso de las redes sociales.
  • Pérdida o interrupción de relaciones significativas u oportunidades educativas debido al uso de los medios

El uso de las redes sociales no debería restringir las oportunidades de interacción social en persona, y no debería contribuir a la evitación psicológica de interacciones sociales en vivo.

7. Se debe limitar el uso de las redes sociales para que no interfieran con el sueño y la actividad física de los adolescentes.

Las investigaciones recomiendan que los adolescentes duerman al menos ocho horas cada noche y mantengan horarios regulares de sueño y vigilia. Los datos indican que el uso de la tecnología, particularmente dentro de la hora previa a la hora de acostarse, y el uso de las redes sociales en particular, se asocia con interrupciones del sueño. La falta de sueño se asocia con interrupciones del desarrollo neurológico en el cerebro adolescente, el funcionamiento emocional de los adolescentes, y riesgo de suicidio.

El uso de las redes sociales por parte de los adolescentes tampoco debe interferir ni reducir las oportunidades de los adolescentes para la actividad física y el ejercicio. Las investigaciones demuestran que la actividad física es esencial para la salud tanto física como psicológica (es decir, tasas más bajas de depresión).

8. Los adolescentes deben limitar el uso de las redes sociales para realizar comparaciones sociales, particularmente en torno a contenido relacionado con la belleza o la apariencia.

La investigación sugiere que el uso de las redes sociales para las comparaciones sociales relacionadas con la apariencia física, así como la atención excesiva y los comportamientos relacionados con las propias fotos y los comentarios sobre esas fotos, están relacionados con una imagen corporal más pobre, trastornos alimentarios y síntomas depresivos, particularmente entre las niñas.

9. El uso de las redes sociales por parte de los adolescentes debe estar precedido por una capacitación en alfabetización en redes sociales para garantizar que los usuarios hayan desarrollado competencias y habilidades informadas psicológicamente que maximizarán las posibilidades de un uso equilibrado, seguro y significativo de las redes sociales.

La ciencia emergente ofrece un apoyo preliminar a la eficacia de la ciudadanía digital y la alfabetización digital para aumentar la frecuencia de las interacciones positivas en línea; sin embargo, se necesita más investigación en esta área.

Las competencias adicionales también podrían incluir:

  • cuestionar la precisión y la representatividad del contenido de las redes sociales
  • comprender las tácticas utilizadas para difundir información errónea y desinformación
  • limitar los errores de “generalización excesiva” y “estimación errónea” que llevan a los usuarios a estimar incorrectamente los comportamientos o actitudes de los demás en función del contenido de las redes sociales (o reacciones al contenido)
  • signos de uso problemático de las redes sociales
  • cómo construir y nutrir relaciones saludables en línea
  • cómo resolver los conflictos que pueden surgir en las plataformas de redes sociales
  • cómo abstenerse de comparaciones sociales excesivas en línea y/o comprender mejor cómo se pueden manipular las imágenes y el contenido
  • cómo reconocer el racismo estructural en línea y criticar los mensajes racistas
  • Cómo comunicarse de manera segura sobre salud mental en línea

10. Se deben proporcionar recursos sustanciales para el examen científico continuo de los efectos positivos y negativos de las redes sociales en el desarrollo de los adolescentes.

Se necesita una inversión sustancial en la financiación de la investigación, incluida la investigación longitudinal a largo plazo, estudios de niños más pequeños e investigación sobre poblaciones marginadas.

Se necesita acceso a datos entre científicos independientes (incluidos datos de empresas tecnológicas) para examinar más a fondo las asociaciones entre el uso de las redes sociales y el desarrollo de los adolescentes.

FUENTE: APA, Por: Gabriel Genise


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Artículos de interés y actividades por la salud emocional