El pasado sábado 9 de Junio, se dio inicio al curso de capacitación a párrocos de la Diócesis de Río Cuarto, con el objetivo de brindar herramientas para el abordaje de esta problemática.

En el Instituto Superior Maria Inmaculada (ISMI) de nuestra ciudad, comenzó a desarrollarse el “Proyecto de capacitación a sacerdotes del departamento de Río Cuarto como agentes comunitarios en salud mental». A cargo de la Prof. Lic. Mariela Caraballo y aprobado por el Obispo, Monseñor Adolfo Uriona. El mismo se llevará a cabo en 9 encuentros quincenales y contará con docentes invitados que abordarán temáticas como las adicciones y los cambios de paradigmas en salud mental, a partir de la nueva ley 26.657. Entre los  contenidos propuestos en esta capacitación se destacan las manifestaciones sintomáticas más frecuentes en las relaciones de familia, en la niñez, adolescencia, adultez y adultez mayor. Además, del marco básico para establecer una relación de ayuda en este tipo de problemáticas

Dicho proyecto pretende capacitar a los sacerdotes como agentes comunitarios de salud mental, brindando herramientas que le permitan abordar situaciones de crisis, identificar problemáticas de este orden y derivar a los centros de asistencia especializados. Además, les permitirá participar en un proceso de interacción permanente, y trabajo en red,  con los centros de atención primaria de la salud y hospitales generales, dada la amplia y compleja gama de problemas de salud mental que se presentan en la comunidad.

En este sentido, se considera a los sacerdotes como receptores de múltiples y variadas consultas de los fieles de su comunidad. Se puede decir que actualmente, tanto la Iglesia como los mismos sacerdotes, enfrentan el reto de funcionar en una sociedad cada vez más secularizada, que plantea grandes demandas debido a los cambios y a la pluralización de los valores. En el año 2005 la Conferencia Episcopal de Chile, ofreció un documento llamado “Sugerencias a una pastoral para los sacerdotes”, en el que se abordan los cambios socioculturales que están afectando a la Iglesia y al Ministerio sacerdotal, y la disminución de la influencia de ésta en la construcción de la identidad y del sentido de vida de las personas.

Actualmente, vivimos en una época de globalización, proceso que no se puede asociar sólo con la actividad económica, ya que influye en todas las esferas de la actividad humana. Los rápidos cambios sociales, económicos y culturales conllevan grandes desafíos que inciden fuertemente en los sacerdotes.

Muchas veces, los miembros de la comunidad, recurren a ellos en busca de respuestas que, de algún modo, van más allá de la dimensión espiritual. Por este motivo requieren de una adecuada formación humana, espiritual, comunitaria, académica y pastoral. Toda esta formación debe estar imbuida en una relación personal con Dios que le haga posible ser eficaz en la tarea que se le ha encomendado. Esta demanda de la comunidad hacia la iglesia, es la que permite pensar en la necesidad de llevar a cabo un plan estratégico, dirigido a brindarles capacitación en el campo de salud mental.

La Organización Mundial de la Salud sostiene que las enfermedades mentales afectan a grandes grupos poblacionales, en especial los de estratos socioeconómicos más bajos y con escasos servicios de atención. Para aquélla, reducir la brecha de tratamiento existente, es uno de los grandes desafíos que enfrentan los sistemas de salud en nuestro continente, pero que paradójicamente la respuesta de los servicios de salud es inadecuada e insuficiente. Es por esto, que se ha planteado que, debido a los nuevos desafíos, conocimientos y realidades, es necesario utilizar al máximo las capacidades y potencialidades disponibles.

En este sentido, la Organización Panamericana de la Salud recomienda apoyar la participación eficaz de la comunidad, los usuarios, familiares, en actividades destinadas a promover y proteger la salud mental de la población.  Así, el gran desafío del trabajo en la comunidad se centra en la interacción entre los servicios y la población asistida, que pasa a jugar un papel determinante en la identificación de sus necesidades y la respuesta correspondiente. Es desde esta perspectiva, que el “Proyecto de capacitación en salud mental a sacerdotes del departamento de Río Cuarto, como agentes comunitarios», invita a transitar hacia el desafío de articular la comunidad, los sacerdotes y los servicios de salud.

Claves:

Las enfermedades mentales afectan a grandes grupos poblacionales, en especial los de estratos socioeconómicos más bajos y con escasos servicios de atención. Para dar respuesta a esto, resulta imprescindible el fortalecimiento de los recursos humanos y el fortalecimiento de las alianzas con sectores gubernamentales, no gubernamentales y otros actores sociales claves de nuestra comunidad, como los sacerdotes.

Prof. Lic. Mariela Caraballo – Psicóloga M.P. 2552 – Prof. del I.S.M.I. –

Miembro de Fundación Clinica de la Familia 

Informar para la Salud - 13-06-15


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