En el artículo se invita a conocer y reflexionar acerca de los cambios esperables o abruptos por los que transitan las familias, con el objetivo de prevenir dificultades en el afrontamiento, en cada etapa de la vida.

La vida de las personas transcurre en el ámbito de las relaciones interpersonales. Estas pueden ser circunstanciales o estables. Las estables, se dan entre sujetos vinculados estrechamente y conforman los grupos primarios. Por lo tanto entendemos como familia a las relaciones que se dan en estos grupos primarios, donde los vínculos son estrechos, estables en el tiempo y en las que existe un vínculo de parentesco que se define por la función ejercida y no exclusivamente por el emplazamiento legal.

La instancia familiar es un lugar de encuentro entre necesidades individuales y propuestas sociales. La familia es un sistema relacional en el que el individuo y su proceso de diferenciación cobran relevancia. La estructura familiar se debería encontrar en transformación constante, acorde con las diferentes etapas evolutivas. La transformación ofrece a los miembros continuidad en la pertenencia y crecimiento en la diferenciación. De esta manera, hace posible que el individuo, con la seguridad, de pertenecer a un grupo familiar unido, se diferencie poco a poco con relación al resto, conformando su propia identidad. Sin embargo en muchas ocasiones esto no sucede, rigidizándose la cohesión.

¿Cuándo la cohesión familiar se vuelve primordial en detrimento de la individuación?
La familia atraviesa por diferentes etapas en su ciclo de vida. Dichas etapas van de la mano del desarrollo evolutivo individual de los miembros que la componen. La familia debe mantener intacta a lo largo de su vida la capacidad de transformación como respuesta a los diversos cambios que se presentan en el desarrollo. Pero cuando esto no sucede, no se puede responder con su funcionamiento a las necesidades del individuo o bien las necesidades individuales necesitan ser satisfechas de otra manera y la familia puede no permitirlo. Cabe aclarar que esta dificultad, dependiendo de cada familia, puede ser transitoria o puede volverse permanente.

Se denomina crisis a este momento de no transformación. Pittman (1989) define crisis como un estado de cosas en las cuales de una u otra manera, es inminente un cambio decisivo. Se presenta cuando un stress presiona a un sistema familiar y requiere cambios fuera del repertorio usual. Las reglas y los roles se vuelven confusos. Las expectativas y prohibiciones ceden. Los objetivos y valores pueden perderse del todo. Los conflictos no resueltos son revividos y se vuelven el foco de atención.

Las crisis que se producen por las diversas etapas evolutivas se llaman crisis del desarrollo. Estas son universales, esperables y necesarias en un proceso evolutivo sano. Surgen desde la naturaleza de la biología y la sociedad, más que desde la estructura familiar. Las crisis del desarrollo usuales incluyen: el matrimonio, el nacimiento de niños, el comienzo del ciclo escolar, la pubertad y adolescencia, el volverse independiente y dejar el hogar, el envejecimiento de los padres, la jubilación, la vejez y la muerte. Algunos de estos cambios evolutivos son sutiles y graduales, otros son abruptos y dramáticos. Sin embargo, son positivas e imprescindibles permitiendo a la familia crecer.

En cada etapa evolutiva, alguna clase de crisis es inevitable. La familia es convocada a adaptarse a la cambiante capacidad funcional o al estado emocional de la persona que está entrando en una nueva etapa del desarrollo. La respuesta natural de la familia es retardar y evitar el cambio. Los problemas surgen cuando una parte de la familia trata de impedir la crisis, en vez de comprender y adaptarse a ella.

Las crisis del desarrollo son sucesos que cuestionan la integridad familiar y va a depender de los recursos con los que esta cuente para resolverse. Estar atentos a los diversos momentos evolutivos por lo que se transita y poder percibir cuales son los cambios que estos comienzan a proponer, puede permitir prever nuevas respuestas, flexibilizar criterios y valores. Así como también, es conveniente observar el desarrollo del individuo para evaluar si los cambios realizados por la familia, lo ayudan en su evolución. Sin embargo puede pasar que la familia se dé cuenta que le cuesta verse posicionada desde otro lugar frente a sus integrantes. Ante esto, pueden solicitar ayuda de profesionales especializados que los guiarán en el nuevo camino a recorrer, tratando de lograr que la familia evolucione a la par que evolucionan sus miembros.


Claves


La familia debe mantener intacta a lo largo de su vida la capacidad de transformación como respuesta a los diversos cambios que se presentan en el desarrollo. La transformación ofrece a los miembros continuidad en la pertenencia y crecimiento en la diferenciación.


Lic. Cecilia Tissera. Psicóloga – M.P. 7747  
Miembro de Fundación Clínica de la Familia
Informar para la Salud - 20-06-15

 

 


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