María Cecilia Cosa, del Instituto de Neurología Infanto-juvenil de Córdoba, disertó sobre la temática en el ciclo de conferencias “Pensar en Familia”.

En el marco del ciclo de conferencias “Pensar en Familia” de la Fundación Clínica de la Familia, el pasado jueves se dictó la charla “Abordaje Integral del Trastorno Generalizado del Desarrollo”, a cargo de Lic. María Cecilia Cosa, coordinadora del equipo de Abordaje Integral de TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo- Autismo)  del CETES (Instituto de Neurología Infanto-Juvenil de Córdoba).

La especialista amplía aquí algunos conceptos vinculados al abordaje de la patología, la necesidad de trabajar a partir de los intereses de los chicos y el compromiso que deben tomar familiares e instituciones vinculadas al niño.

– ¿Qué se define como Espectro de Autismo?

Ya no se habla de TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo), sino que se coloca a todo dentro del Espectro de Autismo (EA). Son chicos que tienen afectadas cualitativamente, en mayor o menor medida, tres áreas: la comunicación (problemas en la comunicación, o con componentes sociales de la comunicación afectados), la interacción (no es que no quieran a las personas, tienen dificultad de llegar al otro y mantener la relación) y la flexibilidad (actúan dentro de rutinas, interesados siempre por las mismas cosas, apegados a objetos). En tanto, la mayoría de los chicos del espectro tienen asociado Trastornos de la Integración Sensorial

– ¿Qué tipo de abordaje propone para el trabajo con esta población?

– Nuestra forma de trabajo es la de armar un plan individual para cada niño, evitando que él deba adecuarse a un plan estandarizado. El trabajo se realiza en el domicilio del chico, nos desplazamos a su casa, su escuela, su lugar. La idea es que se elabore un traje a medida para cada niño. En tanto, es importante incluir a la familia en el abordaje, que los chicos puedan aplicar en su casa las habilidades que aprendieron y no tengan que trasladar lo que incorporó en el consultorio. Una de las dificultades de los chicos del Espectro Autista es la de realizar este traslado a la vida diaria, hacer funcionales las habilidades, porque son muy inflexibles. El modelo DIR, línea en la que nos estamos formando, propone una capacitación a los padres, a través del juego, para generar en los chicos la motivación para ir hacia un mundo más compartido. Así, los procesos son diferentes a los que estamos acostumbrados desde modelos más cognitivos, o conductuales donde se les enseña a sentarse bien y quedarse quieto, pero al salir de la sesión no lo saben aplicar. El modo de trabajo aquí es siguiendo los intereses de los chicos y respetando su individualidad, porque lo más difícil es encontrar el motor que lo lleva a aprender y relacionarse.

– ¿Cuál debe ser el rol de la familia en este abordaje? ¿Cómo debe ser la concientización a los padres sobre la patología que tiene su hijo?

– Con la familia trabajo desde el concepto de que “son niños”, evitando  mirarlo por lo que no es, o nos gustaría que sea; de este modo reduciremos la frustración y encontraremos el modo de disfrutar y valorar cada uno de sus logros. Es importante no culpar a los padres por el origen del trastorno, como lo hacen algunas corrientes teóricas que sostienen que estaría relacionada con una madre fría. Si podemos afirmar que la relación cálida con los niños favorece su desarrollo socioemocional y, por el contrario, también  podemos decir que la convencía con una persona con necesidades especiales requiere de un ajuste adicional de todo el grupo y generar situaciones que afecten la salud mental de sus miembros. Muchas familias terminan aislándose y también le suman dificultades sociales.

– ¿También se debe trabajar con las otras instituciones en las que participa el niño?

– Absolutamente, yo tengo a casi todos los niños con los que trabajo incluidos en escuelas comunes. La ley avala la incorporación del niño y uno debe elegir el ámbito que sea más receptor, hay escuelas que aún se resisten, o que permiten el ingreso pero de mal modo. Si hablamos con los padres concibiendo a las emociones como la base de todo, cómo vamos a obligar a una escuela a que nos reciba, más allá de que la ley lo acompañe, se debe buscar a alguien que reciba al niño.

– Para un abordaje más completo, ¿cuán necesaria es la detección temprana del EA?

– Es algo fundamental, a partir del protocolo CHAT, que pueden realizar los padres desde que el niño es chico. Son indicadores que no señalan que el pequeño tenga autismo, sino que es una señal de alerta. Claro que es importante la detección temprana, no es lo mismo comenzar a trabajar con un niño de 2 años a que hacerlo con uno de 14. Con los chicos más grandes se pierde mucho tiempo de aprendizaje, porque no se puede conectar con el joven, y puede asociársele consecuencias tales como algún grado debilidad mental, que afecte otras áreas también.

Invitada: Lic. María Cecilia Cosa. Lic. en Trabajo Social (M.P. 100769)

Sábado 2 Noviembre 2013


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