Lo dice un estudio del Colegio de Psicólogos y la Clínica de la Familia, sobre 245 alumnos de escuelas públicas y privadas de la ciudad. Preocupa la alta y creciente aceptación social de la sustancia

En el Día Internacional de Lucha contra el Uso Indebido y el Tránsito de Drogas, el Colegio de Psicólogos y la Clínica de la Familia difundieron los resultados de un estudio que arrojó que uno de cada tres chicos probó marihuana antes de terminar el secundario. Sobre una muestra de 245 alumnos de colegios públicos y privados, el 33,8 por ciento dijo haber consumido la droga al menos una vez en su vida.

Más allá de esto, también generan preocupación las representaciones sociales en torno al uso del cannabis, porque se detectó que hay una alta aceptación social del consumo. Esa tendencia va en aumento, al tiempo que se relaja la condena de esta práctica.

Un estudio de campo realizado en septiembre de 2016 por el Colegio de Psicólogos, la Clínica de la Familia y la cátedra de prácticas psicopedagógicas de la UNRC arrojó que al menos un tercio de los chicos probó cannabis antes del cuarto año del secundario.

El 33,8 por ciento de los chicos del secundario probó marihuana en algún momento de su vida.

En tanto, el 17,6 por ciento dijo haberla usado en el último año, y un 15,4 por ciento admitió haberla consumido durante el último mes.

El sondeo, que se efectuó mediante encuestas personales a chicos de tercer año, indagó además sobre las representaciones sociales que rodean a la marihuana.

En este sentido, Marcos Igarza, secretario general del Colegio de Psicólogos, sintetizó estos resultados del trabajo diciendo que existe entre los adolescentes de 14 a 16 años una fuerte “normalización” del uso del cannabis.

“Los chicos están más conscientes y tienen más información sobre los riesgos que implican las drogas legales como el tabaco y el alcohol que las que trae aparejado el uso de la marihuana”, apuntó el psicólogo.

Un par de datos de la investigación respaldan esa tesis: por un lado, el 57 por ciento de los chicos cree que fumar un porro es menos dañino que fumar tabaco, mientras que el 72 por ciento está seguro de que consumir alcohol los días de clase genera más problemas que usar marihuana.

Mitos y argumentos

Por su parte, el psicólogo Amado Pauletti, de la Fundación Clínica de la Familia, coincidió en que “el consumo se está naturalizando y tolerando cada vez más, por la existencia de varios mitos”.

En particular, después de que se legalizó el uso terapéutico de la droga. En este sentido, Pauletti asegura que hay un discurso que “señala que el consumo es inofensivo y oculta todos los datos relacionados con su potencial adictivo y las consecuencias sobre el sistema nervioso, sobre todo en los adolescentes. Estos argumentos potencian el consumo”.

“Se utiliza el uso medicinal para legitimar una práctica social, cuando en realidad son dos cosas bien distintas”, acotó Marcos Igarza.

Así, Pauletti detalló que el sondeo confirma que uno de los grandes argumentos de los adolescentes para avalar el consumo de esta droga es que la mayoría de sus pares lo hace.

De hecho, el 60 por ciento de los encuestados cree que el uso de marihuana en la ciudad es “altísimo”, y el mismo porcentaje de alumnos dice conocer a alguien cercano que la consume. No obstante, esa percepción está sobredimensionada, dado que la prevalencia de la droga es prácticamente de la mitad (33,8%).

Un factor importante que lleva a los jóvenes a consumir marihuana es la influencia grupal. “Un dato significativo es que 2 de cada 10 menciona directamente que utiliza la sustancia porque lo hacen los amigos”, precisó Pauletti. A su vez, otras varias explicaciones tienen que ver con un uso “social” de la sustancia, como que “está de moda”, “por diversión” y “para pasarla bien”.

Otro de los argumentos esgrimidos por los adolescentes es el supuesto “bajo riesgo” que implica el uso de cannabis. “El 40 por ciento percibe que su consumo genera pocos problemas, y otro porcentaje similar asegura que es fácil conseguir la droga”.

Por otro lado, Pauletti advirtió que la baja representación de riesgo en torno a la marihuana repercute en la entrada al consumo de drogas para muchos adolescentes. “En muchos casos, los chicos empiezan a consumir cannabis antes que tabaco o alcohol, es decir que están cambiando los comportamientos típicos en este sentido”, puntualizó.


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