Durante muchos años la noción de adicción ha sido sinónima de adicción a las drogas. Sin embargo, si los componentes fundamentales de los trastornos adictivos son la falta de control y la dependencia, las adicciones no pueden limitarse a las conductas generadas por sustancias químicas, como los opiáceos, la cocaína, la nicotina o el alcohol (Newlin, 2008). De hecho, existen hábitos de conducta aparentemente inofensivos que, en determinadas circunstancias, pueden convertirse en adictivos e interferir gravemente en la vida cotidiana de las personas afectadas (Echeburúa y Corral, 1994; Mellody, 1997).

El uso generalizado de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación es un fenómeno relativamente reciente que ha provocado cambios sustanciales en nuestra vida cotidiana. Las nuevas tecnologías han mejorado nuestra calidad de vida pero también originan determinados problemas que vamos a analizar en esta sesión. ¿Puede generar adicción su uso? ¿Cómo diferenciamos el uso normal y el uso patológico en estas adicciones sin sustancias? ¿Cómo podemos prevenir las conductas adictivas?

Cualquier actividad normal percibida como placentera es susceptible de convertirse en una conducta adictiva. Lo que define a esta última es que la persona pierde el control cuando desarrolla una actividad determinada y que continúa con ella a pesar de las consecuencias adversas, así como que adquiere una dependencia cada vez mayor de esa conducta. De este modo, el comportamiento está desencadenado por un sentimiento que puede ir desde un deseo moderado hasta una obsesión intensa y es capaz de generar síndrome de abstinencia si se deja de practicarlo. Por ello, el sujeto, ofuscado por el objeto de su adicción, llega a perder interés por otro tipo de conductas que anteriormente le resultaban satisfactorias.

En suma, de conductas normales -incluso saludables- se pueden hacer usos anormales en función de la intensidad, de la frecuencia o de la cantidad de recursos invertidos. Es decir, una adicción sin droga es toda aquella conducta repetitiva que resulta placentera, al menos en las primeras fases, y que genera una pérdida de control en el sujeto (más por el tipo de relación establecida por el sujeto que por la conducta en sí misma), con una interferencia grave en su vida cotidiana, a nivel familiar, laboral o social (Faiburn,1999).

Los objetivos de esta sesión son:

– Orientar e informar sobre las nuevas tecnologías de la información y la comunicación a las familias.

– Reconocer el uso indebido de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

– Promover la reflexión sobre las posibles consecuencias negativas “adicción o dependencia” que las nuevas tecnologías puedan provocar en los y las menores desde el modelo de factores de protección y factores de riesgo.

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Recursos:

Actividades.

Ficha para padres.

Video.

 


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  Categorías:

Prevención de las adicciones en el ámbito familiar