Nota publicada en diario Puntal el Martes 5 de julio de 2016

La autora invita a reflexionar acerca de este estilo de crianza y las consecuencias para el desarrollo emocional de las personas.

Según estudios que han analizado a los menores a través del tiempo, los niños de hoy se muestran más dependientes, menos tolerantes a la frustración y con pocas herramientas para solucionar problemas de la vida cotidiana que ya deberían solucionar por sí mismos. La posmodernidad lleva al hombre, a los padres, y por ende a la familia, a entrar en una carrera donde hay poco tiempo para enseñar, mucho para hacer, bastante por controlar, menos imprevistos o riesgos por enfrentar.

Llegamos a tener niños que con casi 4 años que aún siguen tomando mamadera, siguen usando el pañal y otros que no logran socializar con niños en la plaza mientras que tampoco se animan a tirarse solos del tobogán (o los padres no los dejan). Muchos niños de primaria aún no saben atarse los cordones y otros que siguen haciendo los deberes con sus padres. Tenemos preadolescentes que no han ido solos al kiosco y otros que no saben defenderse frente a ciertas situaciones escolares sin que sus padres hablen por ellos. Muchos presentan accesos de enojos exacerbados si algo no les sale, otros se muestran inhibidos o incapaces de lograr ciertas cosas. Uno de los posibles factores de esta realidad puede ser la sobreprotección.

Los padres sobreprotectores son aquellos que protegen o cuidan en exceso a sus hijos. Evitan que sus hijos se expongan a situaciones conflictivas, angustiantes o dolorosas. Intentan controlar sin cesar la vida de sus hijos, acomodar sus caminos para evitarles dificultades y estar hipervigilantes de los posibles peligros que los pueden acechar. Así pues, reemplazan la enseñanza y el acompañamiento (aunque involucre riesgos), con una actitud que va desde hacer las cosas que ellos deberían hacer (como ordenar sus juguetes o hacer deberes), o enlentecer procesos de crecimiento (como el control de esfínteres o el cambiarse solos) y el desenvolvimiento en la sociedad (como ir a comprar, hablar con un maestro por una nota, arreglar un conflicto con un amigo, o irse de campamento).

La sobreprotección puede mantenerse desde los primeros meses de vida, hasta el resto de la misma, solo que va vareando con la edad. Es un abuso emocional para el niño, puesto que le quita el derecho de valerse por sí mismo, que en definitiva es la base de la madurez. A su vez, esta conducta produce todo lo contrario a lo que se espera: Evita que el niño comience a sentir frustraciones, angustias y los pequeños sinsabores de su corta vida, entonces poco a poco, cuando la adolescencia y posterior adultez lo encuentre, este niño no aprende a enfrentarse con los problemas y situaciones de la vida y entonces no puede dar una respuesta asertiva.

Sugerencias para padres que se sienten sobreprotectores:

  • Pregúntese… ¿Por qué tiendo a sobreprotegerlo? ¿Qué quiero controlar? ¿Tengo miedo a que algo le pase? ¿No tengo tiempo para enseñarle? ¿Soy ansioso y prefiero hacerlo yo? ¿Así fueron mis padres?
  • Controle sus propias emociones cuando vea que su hijo esta “sufriendo” y analice si aplica actuar en consecuencia o no (por ejemplo, si tienen el impulso de que no vaya de campamentos por miedo a que «le suceda algo», o si está llorando porque algo no le sale).
  • Fomente autonomía e independencia de su hijo acorde a su edad, con tareas, desafíos y obligaciones.
  • Incentívelo a que socialice en diferentes ámbitos, con niños de diferentes características.
  • No piense, ni sienta, ni haga, ni decida por su hijo, es una persona distinta de Usted.
  • Analice qué dice usted durante el día: Si repite varias veces “no, no”, “cuidado”, “peligroso” y palabras similares, considere si son siempre necesarias.
  • Si su hijo está en edad de tomar ciertas responsabilidades y no las está haciendo, pregúntese si Usted no está entorpeciendo ese proceso.

Proteja, mientras enseña e incentiva la autonomía. La sobreprotección daña la identidad de su hijo.

Invitada especial: Lic. Romina Diedrich. Psicóloga – M.P. 7580  

 Informar para la Salud - 28-05-16


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