En vísperas de conmemorarse el Día Internacional de la Familia, el próximo 15 de mayo, se fundamenta acerca de su función primordial.

Este día, fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1993, con el objetivo de aumentar el grado de conciencia acerca de los temas relacionados con la familia y fomentar los lazos familiares.

Minuchin y Fishman (1985) describen a la familia como un grupo natural que elabora pautas de interacción en el tiempo y que tiende a la conservación y la evolución. Es una institución cuyas funciones son: brindar contención afectiva; proporcionar sentido de pertenencia; promover la individuación y la socialización. Es importante que cada función sea respetada y ejercida en su totalidad por los diferentes miembros.

En un principio, cuando los miembros son pequeños, predominan las funciones de alimentación, cuidado y contención afectiva, a medida que crecen, empiezan a volverse importantes las de guía y acompañamiento, para fomentar la autonomía de los individuos, permitiendo la diferenciación y expresión de sí mismo. Esto debe ser desempeñado por los padres y/o miembros adultos que asumen la responsabilidad de crianza.

Para favorecer la individuación, es importante que cada miembro tenga un sentido de pertenencia al grupo familiar, como referencia e identidad, que los diferencia de otras organizaciones. A su vez, la familia es la encargada de la transmisión de valores, creencias y herramientas para la inserción en la sociedad de sus integrantes.

Entonces, la instancia familiar es un lugar de encuentro entre necesidades individuales y propuestas sociales. Es un sistema relacional, en el que el individuo y su proceso de diferenciación cobran particular relevancia. La estructura familiar como sistema se debería encontrar en transformación constante, acorde con las diferentes etapas del ciclo vital. Esta constante transformación ofrece a sus miembros continuidad en la pertenencia y crecimiento en la diferenciación. De esta manera, las necesidades de diferenciación y de cohesión, hacen posible que el individuo, con la seguridad de pertenecer a un grupo familiar suficientemente unido, se diferencie poco a poco, en relación al resto, conformando su propia identidad.

Los lazos familiares resultan el primer ensayo de futuros lazos sociales, por lo que, la familia es el eje central de la sociedad. Es en este macro sistema social, donde se detecta y repercuten con mayor claridad las principales dificultades por las que atraviesa la familia. Es decir, en los diferentes ámbitos sociales, como en la escuela, en el trabajo, se ponen de manifiesto algunos los problemas familiares como: la disfunción en la comunicación, modelos identificatorios precarios, roles poco claros, sobre exigencias, dificultad para establecer límites, poco tiempo familiar compartido, imposibilidad de resolver conflictos, intolerancia ante la diferencia, excesiva dependencia emocional.

Ante estos problemas en una familia, es conveniente que las personas que la conforman y las instituciones de la sociedad que interactúa con ella, estén atentos frente a cualquier inconveniente que pueda observarse en el seno de la familia. Tomar conciencia de que cualquier malestar detectado afecta a todos, ya que está en un intercambio constante con la sociedad. Por lo que, prever posibilidades de abordajes de los problemas familiares es algo que debería incorporarse al imaginario social, no siendo un tema tabú o algo que se reduce solo a lo psicopatológico.

A continuación se exponen algunas claves, a tener en cuenta, para intentar acercarse a un modelo familiar saludable, que genere individuos socialmente activos:

  • Flexibilidad, es decir que haya un cierto orden y estabilidad, pero que también tengan la capacidad de adaptarse a los cambios, manteniendo su continuidad en el tiempo.
  • Conexión afectiva, a través del apoyo mutuo, respeto por las diferencias y límites individuales, cuidado a los niños y miembros más débiles de la familia, relación complementaria como pareja y padres.
  • Fomento del dialogo entre los miembros.
  • Claridad en los mensajes transmitidos y conductas.
  • Expresión de las emociones y sentimientos con responsabilidad, empatía mutua e interacción placentera.
  • Resolución cooperativa de los problemas.

Lic. Cecilia Tissera, Psicóloga, M.P. 7747

Lic. María Emilia Ferrero, Psicóloga, M.P. 6550

Miembros de Fundación Clínica de la Familia


Nota publicada en diario Puntal el sábado 13 de mayo de 2017

Informar para la Salud - 23-07-16


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