Hoy se conoce más acerca del funcionamiento de nuestro cerebro y su relación con este trastorno mental. Avances en la comprensión y tratamiento del mismo.

Sabemos que la adicción es un fenómeno complejo y multicausal. Es decir, que para el desarrollo de este trastorno intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales, que terminan influyendo en su inicio y evolución.

Son más conocidos y debatidos los modelos explicativos basados en aspectos psicológicos y sociales. Hoy sabemos sobre lo determinante que es la vulnerabilidad emocional y la influencia de los contextos, a la hora de entender porque se droga un individuo.

En cuanto a los aspectos biológicos, no hace mucho, las neurociencias han traído luz en la comprensión del trastorno adictivo. Siendo uno de los descubrimientos más notables, la determinación de los circuitos de recompensa que operen en el cerebro.

Los circuitos de recompensa se sostienen en mecanismos cerebrales que generan sensaciones de placer. Estos dependen de diferentes regiones cerebrales que se encuentran comunicados mediante mensajeros químicos llamados “neurotransmisores”. La dopamina es un neurotrasmisor involucrado en el placer y la motivación, entre otras funciones. En el cerebro, el placer se produce a través de la liberación de la dopamina, en una región que se denomina: “centro de placer del cerebro”.

Las drogas de abuso inciden directamente en el sistema dopaminérgico alterando estos mensajeros químicos. En la década de 1950, dos psicólogos canadienses, James Olds y Peter Milner, descubrieron que las drogas adictivas pueden liberar de dos a diez veces, la cantidad de dopamina que las recompensas naturales.

La consecuencia más significativa de lo anterior es que, cuando se desarrolló una adicción, nuestro sistema de recompensa, tendrá preferencia para activarse por el consumir drogas, dejándonos con dificultades para sentir satisfacción por actividades simples y cotidianas.

El mecanismo cerebral subyacente a todas las adicciones es fundamentalmente el mismo: el centro de recompensa queda «hackeado» y pasa a ser una herramienta que nos orienta a un único objetivo: consumir drogas. Haciéndonos perder el control sobre lo que hacemos.

En el caso del consumo de sustancias psicoactivas, ciertas moléculas interfieren directamente sobre el circuito de recompensas haciendo que sufra una transformación en poco tiempo, pero las adicciones también pueden aparecer sin uso de drogas, simplemente a partir de la repetición excesiva de ciertas conductas. Como es el caso de las adicciones comportamentales: al juego por apuestas, a las compras, al sexo, entre otras. En estos casos, las sustancias que producen cambios en el sistema de recompensa, son los neurotransmisores y las hormonas que genera nuestro propio cuerpo.

Desde las neurociencias, se ha investigado acerca de cómo la vulnerabilidad genética contribuye al riesgo de desarrollar una adicción. Los estudios muestran que alrededor del 40% de la susceptibilidad a la adicción, es hereditaria.

Otro aporte importante de las neurociencias, es que la dopamina no sólo contribuye a la experiencia del placer, sino que también está presente en los procesos del  aprendizaje y la memoria. Dos elementos clave en la transición de consumir algo, a convertirse en adicto. Es por ello, que la adicción se aprende y se almacena como memoria en el cerebro, por lo que la recuperación es un proceso lento y complejo.

Por lo anterior, en la actualidad los tratamientos de las adicciones no pueden dejar de contemplar e integrar los aportes de las diferentes ciencias. Como expresáramos al principio de este artículo, a una problemática multicausal, se requiere una terapéutica interdisciplinar que sume y complemente los aportes de la psicología, la intervención social y los descubrimientos acerca de nuestra biología, como lo vienen haciendo las neurociencias. Hoy un tratamiento integral debe contemplar la efectividad de grupos de ayuda mutua; la psicoterapia individual y familiar; los desarrollos de la inserción escolar y laboral, como así también, en algunos casos la farmacoterapia, para incidir en la alteraciones que se han generado en el sistema nervioso.

 Lic. Amado Pauletti. Psicólogo – M.P. 2154

Director Terapéutico del Programa de

Asistencia a las Adicciones 


Nota publicada en diario Puntal el sábado 4 de marzo de 2017.

Informar para la Salud - 23-07-16


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