El trabajo es uno de los ámbitos que más afecta a la salud física y mental de las personas. Y es que, conviene no olvidar que una gran parte de la vida de cualquier persona transcurre en el trabajo. En los últimos tiempos, los entornos laborales se han transformado de una forma tan rápida que pocos podrían imaginar. La globalización, las nuevas tecnologías de la comunicación y el acceso a Internet nos permiten trabajar a distancia y casi a cualquier hora del día o de la noche. Esto favorece la innovación y el desarrollo profesional, pero también provoca una mayor competencia, así como fuertes presiones para mejorar la eficiencia en costes y aumentar la productividad.

La realidad actual muestra que la mayoría de compañías están sometidas a cambios continuos y sustanciales en su organización. Estos cambios han provocado que los denominados riesgos psicosociales, asociados a la organización del trabajo, hayan asomado como un problema importante en el ámbito de la salud y la seguridad en el trabajo. Es un hecho. La mayoría de expertos coinciden en la problemática de la salud física y mental en el trabajo, así como los propios trabajadores. Un buen ejemplo es la la VI Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo (2015) que ante la pregunta ¿Cree que su trabajo afecta a su salud?, puso de manifiesto que más del 30% de los trabajadores europeos creían que si. En el caso de España, esta tendencia se acentúa, ya que el estudio arrojó que más de un 38% de los españoles pensaba que el trabajo afectaba de forma directa a su salud física y mental.

No cabe duda de que son muchos los factores que influyen en la salud mental de los trabajadores. Existen por ejemplo cuestiones de organización que afectan claramente a los empleados, tales como la mala comunicación y gestión, las largas jornadas de trabajo prolongadas, horarios de trabajo poco flexibles, la escasa participación en la toma de decisiones y la falta de cohesión en los equipos. Asimismo, la intimidación y el acoso psicológicos son factores bien conocidos que provocan el estrés relacionado con el trabajo. Tampoco cabe olvidar que los entornos laborales en los que es necesario tomar decisiones rápidas y vitales, también llevan aparejadas dificultades específicas.

Por suerte, en la actualidad, hay un lento y progresivo reconocimiento de que el bienestar mental de los trabajadores tiene efectos beneficiosos en los resultados de cualquier organización, así como en la salud, la realización personal y profesional y, en general, la calidad de vida del trabajador. Cada vez hay más iniciativas que ponen el foco en esta problemática, orientando los esfuerzos en la dirección correcta.

Los efectos del trabajo en la salud física y mental son complejos. Por una parte, el trabajo es para las personas una fuente de satisfacción y realización personal. Tener empleo proporciona relaciones sociales y también seguridad financiera, aspectos indispensables para gozar de una buena salud mental. La falta de trabajo o la pérdida del mismo, por otra parte, puede acarrear efectos negativos sobre la salud mental. Valga como ejemplo que los desempleados se exponen a un riesgo de depresión del doble del de las personas que tienen trabajo.

Por otro lado, cuando el trabajo está mal organizado, aparecen los riesgos psicosociales, que suelen tener efectos negativos sobre la salud mental y el bienestar de los trabajadores. Frecuentemente, el estrés es la respuesta que manifiestan las personas cuando las presiones derivadas del trabajo no encajan con sus conocimientos y habilidades, lo que acaba por superar su capacidad para hacerles frente. Los orígenes del estrés pueden ser varios, aunque se suelen asociar con el contenido del trabajo, la organización del tiempo laboral, la carga de trabajo y el nivel de participación en la toma de decisiones.

Cómo crear entornos de trabajo saludables y de alto rendimiento.

Cada vez se evidencia más que la riqueza de una empresa u organización depende de la adecuada salud de sus trabajadores, algo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) viene impulsando desde el 2007, con especial foco en la potenciación de lo que se conocen como empresas saludables. Investigaciones recientes como la encuesta Leesman sobre la satisfacción en el lugar de trabajo “The Next 250K, September 2017”, vienen a confirmar lo que ya se presuponía: hasta un 57% de los trabajadores cree que el entorno laboral afecta directamente a su productividad.

Es cierto que la mayoría de las empresas comienzan a realizar algunas iniciativas en relación a la salud y bienestar de los trabajadores. Mayor flexibilidad horaria, campañas de concienciación y sensibilización en cuanto a la alimentación, prevención del tabaquismo, promoción del deporte, etc.  Aunque estas iniciativas puntuales van en la dirección correcta, lo cierto es que no forman parte de una cultura empresarial basada en el bienestar de los trabajadores, por eso suelen perder continuidad y visibilidad, aumentando así la falta de interés de la plantilla en apuntarse a las mismas.

En Simbiotia creemos que la solución a esta problemática parte de la gestión bajo una metodología de mejora continua, encuadrando cada acción de mejora de acuerdo a objetivos estratégicos. Y es que las empresas de hoy en día demandan una metodología práctica, enfocada en la gestión de la empresa saludable donde se ofrezca un servicio integral que englobe tanto el entorno de trabajo físico como psicosocial.

Fuente: www.simbiotia.com/salud-fisica-y-mental-trabajo/


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