El autor describe este trastorno que genera limitaciones y lesiona el autoestima de quienes lo padecen. Además, las posibles causas y tratamientos recomendados.

La palabra “amaxofobia” proviene del griego: amaxos: carruaje y fobia: temor. Es el miedo irracional a conducir un vehículo.

Una estadística realizada en España generada por el Instituto MAPRE de Seguridad Vial, revela que el problema afecta al 33,3 % de los conductores en diferentes grados. Con respecto al género, los casos de mujeres con miedo a conducir, es un 64 % del total. En cuanto a la edad, la media de los hombres con miedo a conducir es de 64 años, a diferencia de los 48 años, de media de las mujeres.

Como fobia significa un miedo injustificado ante situaciones u objetos que no son peligrosos en sí mismos y que no producen miedo en las demás personas, la amaxofobia la podemos englobar en el grupo de los miedos asociados a los medios de transporte (fobia a volar, a tomar el metro, etc.).

La amaxofobia consiste en un miedo descontrolado y permanente antes y, sobre todo, durante el acto de conducir. Se expresa con ansiedad, angustia, pesadillas anteriores y posteriores al viaje, sudoración de manos, rigidez muscular, temblor, pensamientos negativos e irracionales, visualización de accidentes, etc.

Entre las diferentes causas que pueden producir la amaxofobia caben destacar tres: la falta de experiencia o pericia al volante, el sufrir un ataque de pánico mientras se conduce y padecer un Trastorno por Estrés Post-Traumático (TEPT).
Hay diferentes grados de miedo a conducir:

1. Extremo o Paralizante: Hay personas que a pesar de haber obtenido el permiso de conducir, no se atreven a ponerse a los mandos del vehículo, ni siquiera para hacer pequeños recorridos puntuales. Los motivos pueden ser varios: uno de ellos está relacionado con el hecho de haber sufrido un accidente de tráfico, y desarrollar un Trastorno por Estrés Post-traumatico. El trauma que tienen que soportar estas personas, las hacen incapaces de volverse a poner al volante, buscando alternativas como el uso del transporte público o que las lleven otras personas. La pérdida de capacidades al volante también es un motivo importante para sufrir miedo paralizante.

2. Relativo o relacionado con circunstancias externas: Más frecuente que el anterior. Es habitual que ciertas personas no adquieran la suficiente pericia al volante en los meses posteriores a la obtención de la licencia, por lo que su grado de confianza nunca llega a ser óptimo, haciendo de la conducción un acto desagradable; de esta forma, el uso del vehículo suele ser puntual y en condiciones en las que los factores externos como el tráfico, las condiciones climatológicas o el tipo de vía, determinen si se desea a conducir o no.

La fobia a conducir puede ser tratada con gran éxito al igual que el resto de las fobias específicas. Desde la perspectiva de la Psicología Cognitivo-Conductual, existen tratamientos que permiten excelentes resultados si el problema se trata con ayuda de un profesional especializado.

A grandes rasgos, podemos dividir la terapia en cuatro fases: 1. Toma de conciencia del problema. 2. Reaprendizaje de las claves para una buena conducción. 3. Estrategias de afrontamiento del problema. 4. Exposición gradual y sistemática, a la fobia en imaginación y en vivo.

Cabe destacar el alto grado de incomprensión que sufren las personas con fobia a conducir. Para muchos conductores el manejar un vehículo no supone mayor problema que las tensiones asociadas a los factores externos y el considerar que los demás pueden ser incapaces de conducir, o hacerlo con miedo, está fuera de su percepción. Este hecho, supone un problema añadido para las personas con fobia a conducir, ya que dicha incomprensión puede acabar lesionando su autoestima.
Sería muy deseable que se estableciesen líneas de trabajo conjunto con las áreas de educación vial de entes públicos de tránsito y autoescuelas, ya que uno de las partes del tratamiento debería realizarse tanto con vehículos preparados con doble mando o simuladores de manejo, como con profesores especializados en las claves de una buena conducción.

Es un problema que tiene solución siempre que se trate con el profesional capacitado.

Invitado: Dr. Carlos J. A. Delfino
Sub-director de Capacitación y Seguridad Vial
EDECOM – Municipalidad de Río Cuarto

Informar para la Salud - 08-08-15


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