Tras la intervención quirúrgica, el proceso continúa. A qué le debemos prestar atención y cuáles son las situaciones que se deberán enfrentar

Desde que los psicólogos comenzamos a formar parte de los equipos de cirugía bariátrica, se puso énfasis en investigar cuáles eran los procedimientos y acciones que nos permitían reconocer que una persona estaba en condiciones emocionales o no de someterse a tal intervención quirúrgica. Es decir, quienes no presentaban severas alteraciones psicológicas para lograr en el tiempo una adherencia al tratamiento propuesto por los especialistas.

Superada esa etapa, nos encontramos con una persona que ya ha sido evaluada, y operada, pero que aún hoy y por el resto de su vida va a tener que cuidarse y controlarse.

¿Porqué es necesario continuar en tratamiento?

Ya todos reconocemos que la obesidad es una enfermedad crónica, y por lo tanto quienes la padecen y aún hayan sido operados del estómago, deberán seguir cuidándose.

La presencia de alimentos en la vida de todos los seres humanos es permanente y necesaria, nadie puede dejar de comer, es una situación a la que nos enfrentamos todos, todos los días y varias veces; pero para aquellos en quienes la comida se ha instalado en su vida de manera significativa, aportándole al acto de comer una valorización simbólica determinada, por ejemplo, como un medio de escape, o una manera de evitar situaciones estresantes, o como una  situación antiansiedad, o cualquier otra manera de significarla, deberá aprender a controlarse. A crear nuevos y saludables hábitos.

Frecuentemente, los primeros meses, luego de la cirugía, la persona está entusiasmada  y motivada, ya que el descenso de peso es rápido y la modificación de su cuerpo también. Finalmente, lo esperado durante muchos años, logra concretarse.
La persona está contenta y lo manifiesta permanentemente, asiste a lugares que antes no se permitían, se compra ropa de colores, retoma  situaciones deportivas, etc. Este momento siempre es una buena época para fijar hábitos saludables desde la alimentación y la actividad física. Pero también, y fundamentalmente, es un buen momento para revisar el mundo interno, para permitirse mirar que pasó, que interfirió en su vida que no le permitió mantenerse sano.

El trasfondo de la persona que padece obesidad es complejo, cada una de ellas tiene sus particularidades que encierran vivencias, emociones, frustraciones, dolor que lo han llevado a convertir su propia vida, su propio cuerpo en su más terrible enemigo. Estas situaciones deberán ser trabajadas terapéuticamente para que puedan verse, para que puedan cerrarse etapas y  empezar a mirar a la vida desde otro lugar.
La cirugía bariátrica es, para los personas que padecen obesidad mórbida, un avance científico importante al que hoy se pueden acceder, es una llave que permite el acceso a la posibilidad de adquirir una calidad de vida diferente a la que han venido padeciendo; es la posibilidad, tal vez por primera vez, para muchos, de acceder a nuevos espacios, pero lograrlo depende de cada uno de ellos.

Con la cirugía, no se logra la magia de bajar de peso y a partir de ahí la vida sonríe y todo brilla. La cirugía implica un proceso. El deslumbramiento de los primeros meses pasa y luego, la vida continúa; el trabajo es el mismo de antes, las personas que acompañan siguen estando ahí, como antes, las dificultades diarias seguirán apareciendo. La cirugía modifica el cuerpo, este cuerpo que da la posibilidad de ser flexible y más adaptable. Por eso, el tiempo que sigue será el más importante, el tiempo de concretar los cambios, de acentuar los cuidados, de valorar la propia vida, de elegir, de controlarse, de mirarse y elegirse. Es un tiempo en el que se necesitara ayuda y compañía. El proceso no termina con la cirugía, diremos mejor que allí es donde empieza.

Lic. Analia Fazzano Psicóloga M.P. 3661
Miembro de la Fundación Clínica de la Familia

Sábado 27 de septiembre 2014


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